Con todo este aumento de la oferta, internet puede llegar a resultar abrumador. No son pocos los usuarios que bajo la inmensidad de posibilidades que ofrece, en lugar de navegar por la red, naufragan enredados entre el millar de opciones que se les presentan. Precisamente la ilimitada capacidad de albergar información de internet puede ser también contemplada como un peligro: la saturación por información.
Sin embargo, con algo más de tiempo, la tendencia de cada individuo será crear una rutina: tener una ristra de favoritos a los que se acude habitualmente sin correr el riesgo de quedar atrapado en la red. La gente sólo navega en ocasiones puntuales, por la necesidad de buscar algo o por curiosidad. El resto del tiempo, y una vez creado el hábito, acude a los mismos sitios web (el correo electrónico, las páginas favoritas…), al igual que cada uno en su barrio acude a las tiendas que han conseguido fidelizarlo.
* Ejemplo de página de Facebook para unirse a un grupo y que éste quede contemplado en "Páginas que me gustan".
* Ejemplo de la panadería: Lo tradicional no tiene porqué dejar de usarse. ¿Por qué si no, la gente sigue comprando en las panaderías tradicionales cuando pueden adquirir la barra de pan en Mercadona junto a su compra diaria? La cuestión está en saber fidelizar a un público que esté interesado en nuestro producto.
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